-“Cuesta
encontrar papeles buenos hoy” me decía una amiga que tiene sus años.
La vendedora
me dice el precio con una sonrisa. Yo me pongo seria.
Ni sabe cómo
se llama el que me está ofreciendo.
Vuelvo con
sólo cuatro hojas. No me alcanza para más.
Tiene una
trama vertical, como estrías o surcos a lo largo.
Me gusta.
La
carbonilla queda depositada, acumulada entre veta y veta.
Si insisto
para oscurecer una forma, le deja un efecto aterciopelado, ligeramente opaco.
La tierra se
materializa en el trazo tramado, otorgándole densidad, organicidad.
Ayuda si
tengo que construir un relieve, como un tronco.
Pienso en el
caprichoso diseño de las cortezas.
Y parece
como si la trama misma buscara homologarse en ellas.
Papel
verjurado o listado, se llama.
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